La responsabilidad es
uno de los valores que deben aprender los niños desde bien pequeños. Coger
conciencia de que sus actos tienen consecuencias, tanto positivas como
negativas, es clave para que se responsabilicen de sus acciones.
Para ello, los padres deben servir de ejemplo a los más pequeños de la casa
cumpliendo con sus obligaciones y comprometiéndose con determinadas tareas.
LA GENEROSIDAD
¿Cuántas veces se ha enfadado tu hija o hijo
porque otra niña o niño ha cogido el juguete con el que él quería jugar? La generosidad es uno de los valores
fundamentales que se deben aprender desde la infancia para resolver
conflictos y lograr que los más pequeños compartan sin esperar nada a
cambio, simplemente con la intención de ayudar a los demás.
El compromiso es un valor esencial para el
desarrollo tanto educativo como social de los niños. Marcarse objetivos y
comprometerse con ellos ayuda a que alcancen sus metas
académicas con mayor motivación y desempeño. Asimismo, las
relaciones personales también son más fuertes si existe compromiso por ambas
partes.
En un mundo globalizado
como el nuestro donde existen multitud de etnias, culturas y religiones que
conviven en sociedad, la tolerancia es un valor fundamental en la infancia para crear una sociedad sin prejuicios.
Conocer los diferentes pensamientos y entenderlos hará que nuestras hijas e hijos
sean más respetuosos y tolerantes.
El continuo halago de los progenitores hacia
sus hijas e hijos puede crear situaciones en las que estos se crean en posición
de superioridad hacia otras niñas o niños y por ello pequen de soberbia. Para
evitarlo, hay que inculcar a las niñas y niños tanto el respeto hacia los demás como la humildad para
que no infravaloren a sus compañeras y compañeros y sepan aceptar derrotas con
deportividad.
Las niñas y los niños deben conocer el valor de las cosas y para ello hay que
inculcarles el valor de la gratitud. Realizar acciones que demuestren agradecimiento
hacia los demás no solo les hará más respetuosos sino que les aportará un mayor
autocontrol y felicidad.
La sinceridad es uno de los valores más esenciales, tanto en adultos
como en niños. Ser honestos consigo mismos hará que nuestros hijos maduren y
comprendan que nadie es perfecto. Este valor lo aprenderán con el tiempo y las
consecuencias de la mentira será lo que les haga aprender de sus errores y ser
honestos tanto con ellos como con sus compañeros.